¿Conviene refinanciar una deuda? ¡Te explicamos!

Equipo Editorial Fincompara

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Cuando te enfrentas a una situación en la que tu capacidad de pago se ve afectada y ya no puedes o se dificulta seguir cubriendo los pagos de tus créditos, lo primero que viene a la mente es adquirir un nuevo préstamo que te permita liquidar las obligaciones actuales.

Es muy común que las personas que se enfrentan a escenarios complejos vean en este punto una solución óptima. Sin embargo, es muy importante tener cuidado con este tipo de decisiones, pues si no se manejan bien, lo único que pueden provocar es hacer más grande la problemática.

Resulta importante entender que, en términos simples, el refinanciamiento es pagar una deuda con otra deuda. Es decir, solicitar un préstamo con alguna institución para poder solventar los compromisos.

En tal sentido, si bien solicitar un nuevo crédito podría representar acabar con tus deudas de un solo tajo,-y pagar menos mes con mes bajo nuevas condiciones-es necesario ser muy cautelosos. Sobre todo, tener muy en cuenta que adquirir un nuevo préstamo representaría pagar más, particularmente porque se generarían desde el inicio nuevos intereses; además que se va a adquirir un compromiso que se podría extender hasta por cinco años, dependiendo el monto a solicitar.

Ante ello, acceder a este tipo de soluciones debe darse de manera muy consciente. Se debe realizar una planeación eficaz para evitar que esta nueva deuda se convierta en lo que juramos destruir al solicitarla.

Para que un refinanciamiento pueda resultar óptimo, por lo regular se debe dar a plazos por arriba de los dos años. Y es que así, dependiendo de la tasa de interés que se cobre, se podría lograr una configuración para que el pago mensual quede por debajo de lo que actualmente se desembolsa cada treinta días y deje a la persona con un poco de liquidez para enfrentar la vida.

Claro, el refinanciamiento dependerá en gran medida de un buen historial crediticio. Pues si eres un cliente que ha fallado, y tiene una mala puntuación, será muy difícil que alguna institución acceda a otorgar un nuevo préstamo.

También, esta opción será viable en casos donde aún te encuentras al corriente, pero la liquidez cada vez sea menor.

 

Opciones alternas al refinanciamiento

Hoy en día, algunas instituciones financieras han lanzado mecanismos que, al igual que el refinanciamiento, ofrecen la posibilidad de reconfigurar el pago de las deudas y lograr un esquema flexible que permita cubrir con las cuotas mes con mes.

De manera específica, este tipo de casos se da en productos como las tarjetas de crédito o de tiendas departamentales. Y hablamos de esquemas como Pagos Fijos o la Consolidación de Deuda.

En el caso de el plan de Pagos Fijos, los bancos ofrecen a los clientes una opción para pagar la deuda total de su plástico de manera diferida en un periodo que puede ir de 6 hasta 60 meses. Este tipo de planes permite bajar el monto que se paga cada 30 días. Sin embargo, debes tener presente que se contempla el pago de una tasa de interés, la cual puede ser preferencial.

Por otro lado se encuentra la Consolidación de Deudas. En este caso, los bancos ofrecen traer las deudas de otros bancos y tiendas departamentales. Al igual que el ejemplo anterior, el producto también contempla una tasa de interés en plazos de hasta, dependiendo el banco, 24 meses.

Es importante mencionar que este tipo de esquemas son una buena opción si el cliente aún se mantiene al corriente, pero que se le empieza a dificultar el cubrir los pagos mensuales. Si el caso ya cayó en mora, se debe optar por la reestructura de deuda.

¿Qué es la reestructura de deuda?

Para explicar este punto es importante entender qué se considera como mora:

De acuerdo con la Condusef.gob.mx, se considera que un cliente cayó en mora cuando han pasado al menos 90 días y no ha abonado nada al adeudo.

De esta manera, ante tal situación de impago, la reestructura se entiende como la opción que ofrecen las instituciones para cambiar las condiciones de la deuda y ésta pueda ser liquidada. La reestructura, por lo general, contempla quitas, es decir, descuentos a la deuda para que el cliente pueda saldar y deshacerse de la problemática.

Es importante decir que la reestructura aparece como un mecanismo de mediación cuando el caso ya es llevado por los despachos de cobranza. A través de este mecanismo buscan llegar a un acuerdo y solventar el tema.

Reestructura tu deuda con la ayuda de expertos

A pesar que es posible negociar de manera directa con la institución, en este caso, como en otros, la mejor opción es acercarse con expertos.

Hoy en día, existen empresas especializadas en este rubro: se llaman Reparadoras de Crédito. Estas firmas se encargan no sólo de negociar con tus acreedores para concretar un plan de pagos flexibles, sino que ayudan a crear un esquema de ahorro que te permita solventar la deuda sin la necesidad de pedir más préstamos.

Así que, ahora ya lo sabes, si te encuentras en una situación complicada, puedes recurrir a modelos que te permiten flexibilizar el pago de una deuda.

En este tipo de escenarios en los que ya no cuentas con la liquidez para pagar, lo mejor es tomar cartas en el asunto. Dejar el tema a la deriva no es una solución, pues sólo crecerá y podría poner en riesgo tu patrimonio.

 

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