Lo primero sería buscar al proveedor del crédito y plantear la situación. Si hemos mostrado buen comportamiento durante años y llevamos gran parte del crédito pagado, hay más posibilidades de que nos permitan reestructurar la deuda. Generalmente, esto implica un compromiso más largo, es decir, se extiende el plazo, pero las mensualidades bajan, lo que permite tener un respiro en los pagos.